Las técnicas proyectivas son una de las principales herramientas de la investigación cualitativa, pero fueron inventadas en un mundo sin smartphones. Con el apoyo de la Universidad del Salvador estamos desarrollando nuevas técnicas, relevantes en el mundo digital.
Las técnicas proyectivas son invitaciones a pensar y expresarse a través de metáforas, lo que nos permite llevar al consumidor más allá de las opiniones obvias, y a enriquecer su forma de expresarse.
Pero cuando las técnicas proyectivas fueron inventadas, el encuentro entre el investigador y el consumidor era face-to-face. Eso le daba oportunidad al investigador a preguntar, guiar, y repreguntar. Hoy, en cambio, buena parte de la indagación se hace online y en forma asincrónica: el consumidor y el investigador no están conectados en forma simultánea, y la indagación no es un chat sino una serie de posts. En ese escenario, el ejercicio de la “repregunta” es mucho más difícil. En lugar de eso, hay que desafiar al consumidor con alguna tarea interesante, y enunciarla con suficiente claridad como para asegurarnos de que podrá responderla satisfactoriamente sin el acompañamiento y empuje del investigador.
Además, es un consumidor que no se expresa solo con palabras, sino que buena parte de su comunicación y experiencia mediática es visual: Snapchat e Instagram enseñaron al consumidor a pensar y expresarse a través de imágenes. Por eso, es necesario encontrar un nuevo lenguaje en común con el consumidor.
En vistas a todo esto, estamos trabajando en un proyecto bianual que cuenta con el apoyo de la Universidad del Salvador, para desarrollar nuevas técnicas proyectivas con sus correspondientes herramientas analíticas y metodológicas, que nos permitan conectar con el consumidor digital e hiper-mediatizado.